Tengo una arañita que no teje, no vive escondida en los
rincones, ni tampoco come moscas, pero trepa paredes y entra por las ventanas.
Tiene largas piernas, que cuando caminan, la llevan lenta
pero segura por los caminos.
No tiene tantos ojos, pero los que tiene, me atrapan.
Mi arañita me juguetea, me abraza con sus piernas y me hace
sentir suyo.
Ella no sabe nadar, pero le gusta el agua, fría o caliente,
le da lo mismo, lo importante es que yo la acompañe.
Mi arañita en la más bonita, me hace sentir hombre, sabe qué
hacer para que cada minuto sea maravilloso, no teje, pero me atrapa con el
tejido de sus deseos.
Mi arañita me hace bien, como yo creo hacerle bien a ella y
mientras sea así, vivirá no en el rincón de mi corazón, vivirá en cada lugar
que ella elija vivir.