domingo, junio 21

No te he mentido

Quizás sea una persona muy liviana para mis relaciones y no entienda que hay cosas que a otros le molesta y que a mí no. El tener una buena relación con alguien que fue parte de tu vida y que además mantiene un tema en común es algo para mi natural, no entiendo eso de andar odiando porque si, acepto que las distancias deben existir, sin embargo conversar y entenderse no me produce complicación y además la acepto. Ciertamente he logrado eliminar ciertas cosas que antes hacía y que ahora ya no, como tratar bien a todas mis amigas, lo que muchas veces podría entenderse como un piropo, sin embargo por mi carácter y mi forma de ser, mis amigas se dan la posibilidad de decirme de cierta manera que quizás con el tiempo ira cambiando, sin embargo quizás tampoco le guste a la persona con la que uno esta.

Amarse es confiar y creo que si no confías no amas, he caminado a tu lado y me he convertido en parte de tu vida, y he cambiado actitudes que antes tenía y que ya no tengo, sin embargo no entiendo que aun así no confíes. Te amo y creo que una hermosa historia no puede terminarse así, perdón si alguien se toma atribuciones que yo no les he dado, perdón por todo lo que no he hecho y que tú crees que si he hecho, perdón, pero no me dejes, te amo y quiero seguir caminar contigo

jueves, junio 18

Maldito Invierno...

Hace mucho rato que no escribía locas historias de sexo lleno de amor, quizás sea porque el invierno apaga con su frió las pasiones de los seres humanos y de las parejas, sin embargo creo importante escribir para dejar plasmada ciertas cosas que siempre me han preocupado o me han generado cierto descontrol en mi simple y sencilla mente. Busqué en el diccionario la palabra madurez y dice que es el Estado de una cosa que ha alcanzado su pleno desarrollo, o de una persona que ha alcanzado su mejor momento en algún aspecto”, y siento que en la vida de una pareja llega a un momento en el cual ambos pueden entender que han alcanzado la madurez de la relación, sin embargo de acuerdo al significado que aquí se plantea, siento que las parejas hablan de madurez cuando sienten que las cosas se han calmado en su relación, lo cual en ningún caso para mí eso significa que sea el mejor momento. Creo que una relación está conformada por muchos factores y creo que un factor de mucha importancia es el tener buen sexo, o una buena relación sexual y siento que en las parejas llega un momento en el cual la pasión o el jugueteo empieza a dormirse y ese factor que es tan importante empieza a enfriar la relación, no sé por qué será, será lo ajetreado que es la vida, el trabajo, los hijos, el dinero, no lo sé, pero creo que como lo he dicho antes si la cama se enfría, todo empieza a enfriarse, ahora ciertamente la cama es un elemento utilizado simbólicamente, ya que creo que la cama no siempre es el mejor lugar para hacer el amor, o para juguetear con tu pareja.

Se extrañan esos momentos de locura, esos encuentros furtivos, esas miradas cómplices, que siempre alguno de los dos lleva de mejor manera. Se extraña tanto, que empiezas a dormirte, a no entender que pasa, quizás a angustiarte, a cuestionarte si es que quizás ya no te aman, de hacer el amor tres veces a la semana, llegas a hacer el amor una vez a la semana, de una vez a la semana un par al mes, de un par al mes quizás en una de esas, y al final el desgano termina por acabar con todo. Hacer el amor es un acto de dos, en donde si uno no quiere, el otro termina por sentir que no hay interés, sentirse deseado es un acto de interés y demostrarlo es aun más importante, es parte de la autoestima, del fortalecer ese ego interno, de sentirse amado e importante para esa persona que amas.


Quizás el invierno apague las pasiones, quizás la primavera sea el momento de renacer, ojala que el invierno no termino por convertir todo en una maldita primavera.

miércoles, marzo 18

Quiero Atarte a Mi cama


Un Largo Orgasmo sobre la Mesa



Esta locura de usar la mesa no solo para tomar once o almorzar se ha vuelto algo entretenido, más aun cuando se hace en verano, en una mesa que no es tuya y en un departamento que tampoco es tuyo.

Sucedió en las vacaciones, en una ciudad en el norte, un departamento muy cómodo y sobre una mesa negra, amplia y además resistente. El sol pegaba más fuerte al parecer ese día y los niños partieron a bañarse a la piscina por lo que ella y el estaban solos con mucho calor.

Partieron sobre el sillón, que tambien ya había sido usado y rápidamente cerraron las cortinas del departamento y dejaron el ventanal del balcón abierto para que entrara aire y no fuera un calor insoportable.

Ella andaba con un vestido de verano, por lo que solo era necesario subir el vestido y recostarse sobre la mesa, él quería abrir sus piernas y perderse entre ellas, hacer volar su lengua sobre sus húmedos labios y beber el suave líquido que emanaba de su cuerpo.
Recorrió sus labios, su muslos y busco su clítoris para estimular y lograr que su respiración y sus quejidos fueran aumentando, olvidándose de todo lo que sucedía a su alrededor.

“Muérdeme” dijo ella, muérdeme porque quiere sentir ese pequeño dolorcito que me hace sentir más, el comenzó a morder sus labios y se aproximó a morder su clítoris en el ángulo donde sus labio se juntan en donde al parecer el placer se esconde y hay que descubrirlo. La mordió tanto que ya se aproximaba a llegar al éxtasis, su cuerpo se estremecía y llego al orgasmo, uno tan largo que nunca acababa. Fue en ese momento cuando una voz desde la ventana comenzó a llamarla, eran los niños que llamaban, por lo que él se detuvo, pero ella aún no se detenía, su largo orgasmo no se detenía y sus piernas no respondían, por lo que no podía ponerse de pie. Luego de un rato logro incorporarse, ponerse de pie y aproximarse a la ventana. 

Fue un largo orgasmo, con pequeños mordiscos, sobre la mesa de aquel departamento. Estuvo buenísimo, deberemos seguir practicándolo.

lunes, enero 26

Que calor, que calor, sobre la mesa es mejor...



Hay miles de lugares en una casa en donde se puede hacer el amor, en un balcón (me encanto), en el baño (aun no), en la cocina (pronto), en el living (su par de veces) y la ultima y wena, sobre la mesa del comedor (weeeena). Siempre he pensado que la cama es para dormir y de vez en cuando para hacer el amor, pero para hacer las locuras de amor esta todo el resto de la casa y siento que esos espacio son los que nos hacen mover eso en la guatita que nos hace mantener la locura del amor.

Esta historia de loco amor en la ciudad sucede durante una tarde cualquiera de verano cuando el calor sobrepasaba los índices esperados y el calor interno era aun más, se encontraron los dos en la cama después de un día de locuras, mucho sueño, helados e ir y venir, los dos desnudos intentando sentirse y acabar juntos una vez más, como a los dos les gustaba. Fue en ese momento cuando apareció la sonrisa malebola de ella, esa que prende las luces de la fantasía de él. “No hemos hecho el amor sobre la mesa” le dice, a lo que él que  busca complementar sus fantasías, se puso de pie y fueron inmediatamente hasta el comedor y despejaron la mesa en donde se cumpliría esa locura. 
 
Ella abrió sus pierna y él se introdujo dentro de ella, observando cómo entraba y salía, intentó poner sus hermosas piernas sobre sus hombros, pero la posición la incomodaba a ella, sentía un pequeño dolor en la garganta (modestia aparte de el jajajaja), cerro sus piernas mientras se movía, intentando encontrar la mejor manera para hacerla sentir placer, hasta que con sus piernas abajo lo más abiertas que se podía, y estando dentro de ella, mojo con su boca su dedos y comenzó a estimular su clítoris mientras entraba y salía. Con su dedos húmedos y estimulado su clítoris y su vagina comenzó a estremecerse su cuerpo entero, retorciéndose de placer y gimiendo y pidiendo mas estimulación, fue un corto pero largo momento en donde su pene se complemento con sus manos e hicieron sentir placer máximo, no sé qué tanto, pero debió haber sido mucho porque no muchas veces había visto su cuerpo entero sentir. “Quiero acabar”, “voy contigo” dijo él y comenzó el rápido movimiento de su pene entrando y saliendo mientras estimulaba su clítoris, parecía que iba a acabar, quedaba por momentos sin respiración al parecer, hasta que el sintió como ella acababa junto con él, con su cuerpo retorciéndose sobre la mesa del comedor.

Habían logrado hacerlo ahí en la mesa, en donde comer para los dos ya no será lo mismo, ahora es el lugar en donde textualmente se comieron con postre incluido y sintieron placer infinito. Claro que las secuelas quedaron, ella con dificultad para moverse por que la mesa es algo dura y la espalda lo reciente, pero tengo la certeza que no será la última vez, aunque la espalda duela un par de día, el placer lo vale, creo yo. Sí, creo que para la próxima sería bueno partir con aplicar algo de sexo oral, a esa altura quizás sea más cómodo y placentero.