jueves, julio 24

20 meses de amor y 50 historias sin sombra



Han pasado algunos meses sin escribir locas historias de locos encuentros, y no por que no haya habido sino mas bien porque ha habido tantas que cuesta escribir tan seguido. Antes una historia de encuentro sucedía a lo lejos, había que encontrarse en alguna fiesta ocultos en la oscuridad, había que correr en la moto para ir al departamento durante la hora de colación para llenarnos de yogurt, de leche condensada o de cuanta cosa nos imagináramos, había que ir a un motel donde nos pilláramos en la calle, dentro de un jacuzzi, en un parque o donde fuese. Hoy es distinto, podemos hacer el amor cada noche si quisiéramos, después de 20 meses juntos, hacer el amor contigo aun me maravilla y en cada encuentro hay anécdotas que hacen de nuestro encuentros algo entretenido.

Lo mejor de hacer el amor hoy es tener la posibilidad de gritar con todo, he descubierto que somos unos gritones por excelencia, parece que entre más gritáramos, mas estuviéramos sintiendo, fue por eso que aquella vez que hacíamos el amor y se me ocurrió sentarme de repente y se doblo tu pies no sabía si gozabas o sufrías. Cuando no podemos gritar, me voy para adentro, se me paraliza todo, solo el corazón salta como si se fuera a salir por la boca, pero la respiración se me detiene y mi cuerpo entero se estremece dentro de ti.

Nuestros últimos encuentros han sido notables, me dan cosas aun en el estomago cuando recuerdo ese medio día cuando yo tirado en la cama no aguantaste las ganas de hacer el amor y aun mas recuerdo el ultimo día en Viña. Al parecer la bulla en los pasillos nos desconcentró y debo reconocer que sentirte sobre mi ya es una adicción, cuando tu estas sobre mí, me siento sumiso, sometido a los movimientos de tus caderas, puedo ver tus pechos, puedo ver tu cara disfrutando y parece que estuviera tan dentro de ti que llego al final de tu dulce cuerpo, pero ese día tuve que recordar que yo también se hacerte sentir placer, baje a besar tu clítoris y tus labios húmedos para hacerte estremecer y sentir como tu cuerpo se retuerce es algo que no es fácil de describir, es como si lucharas por no sentir más, pero queriendo sentir. Subí por tu cuerpo y me introduje dentro de ti, dentro tu húmedo útero, que me recibía y que yo sentía que quería sentirme grande, pero con tanta humedad costaba hacerlo. Nos movimos juntos, entrando y saliendo de ti, era el último día de esas cortas vacaciones, por lo que había que irse relajados después de gritar con fuerza, probábamos volando, con las piernas sobre mis hombros, juntas y separadas, pero la mejor forma fue con nuestras pieles sintiéndose bien cerca y mirándonos a los ojos, buscando encontrarnos para acabar juntos, y así fue, gritamos juntos y nos avisamos que encontrábamos el punto máximo del placer al mismo tiempo.

No sé si hemos escrito 50 historias ocultas y sádicas que estremezcan al mundo, pero si tenemos 100 historias de  locura que deben convertirse en 100 más, y  lo que más me reconforta es que aún deseo sentirte, como lo hice hace 20 meses atrás.