lunes, noviembre 24

Claro que tengo Fe

Creo que ninguno de los dos imagino que llegaríamos a este momento, cumplir dos años juntos imagino que no paso por nuestra cabezas esa madrugada del 25 de noviembre en una pieza de motel, pero aquí estamos, juntos, con todas las dificultades que eso ha significado, pero juntos al fin y al cabo.

Partió como un juego, que se convirtió en un juego verdadero, hemos ido descubriéndonos el uno al otro, conociéndonos mas cada día, aceptándonos como somos, con todo lo que somos, con tus enojos que debo reconocer me sacan de mi Ki, pero que al final se transforman en una oportunidad de resetear el disco un rato y agarrar vuelo, y si que cuesta agarrar vuelo nuevamente, pero que le vamos a hacer, somos así y si queremos caminar juntos tenemos que entender que habrán piedras en el camino. Como decía la Pancha el otro día, “tay segura que queri estar con este weon 9 años mayor que tú?”... Parece que sí.

Me gusta estar contigo porque llenas mis días, eres parte de mi vida, no como una apéndice, sino más bien como un cuerpo nuevo, me gusta saber que aun piensas en aventuras para los dos, en hacer el amor en el balcón, sobre la mesa, debajo de un árbol, dentro de una piscina y quizás cuantos lugares más en donde podamos volvernos locos.

Yo si estoy seguro que quiero estar contigo y estoy disponible para cambiar en lo que sea, solo trata de decírmelo y no de enojarte cada vez que quieres que lo haga, enojarse es perder el tiempo y la verdad que bien poco tiempo tenemos para estar solo, en el ultimo enojo quizás ya habríamos hecho el amor sobre la mesa del comedor... va a ser entrete después de hacerlo volver a comer juntos ahí,... se me van a venir las imágenes a la mente y voy a vivir excitado cada vez que tomemos desayuno, almuerzo u otra comida... qué locura.

En fin ya son dos años juntos y quiero mas y mas y mas... mas amor, mas aventuras mas caminatas juntos, mas enojos, mmmm no tantos, mas locuras, mas de tu y yo....

Te amo, te amo y te amo, y si, tengo fe de que llegaremos a los tres años juntos.


jueves, julio 24

20 meses de amor y 50 historias sin sombra



Han pasado algunos meses sin escribir locas historias de locos encuentros, y no por que no haya habido sino mas bien porque ha habido tantas que cuesta escribir tan seguido. Antes una historia de encuentro sucedía a lo lejos, había que encontrarse en alguna fiesta ocultos en la oscuridad, había que correr en la moto para ir al departamento durante la hora de colación para llenarnos de yogurt, de leche condensada o de cuanta cosa nos imagináramos, había que ir a un motel donde nos pilláramos en la calle, dentro de un jacuzzi, en un parque o donde fuese. Hoy es distinto, podemos hacer el amor cada noche si quisiéramos, después de 20 meses juntos, hacer el amor contigo aun me maravilla y en cada encuentro hay anécdotas que hacen de nuestro encuentros algo entretenido.

Lo mejor de hacer el amor hoy es tener la posibilidad de gritar con todo, he descubierto que somos unos gritones por excelencia, parece que entre más gritáramos, mas estuviéramos sintiendo, fue por eso que aquella vez que hacíamos el amor y se me ocurrió sentarme de repente y se doblo tu pies no sabía si gozabas o sufrías. Cuando no podemos gritar, me voy para adentro, se me paraliza todo, solo el corazón salta como si se fuera a salir por la boca, pero la respiración se me detiene y mi cuerpo entero se estremece dentro de ti.

Nuestros últimos encuentros han sido notables, me dan cosas aun en el estomago cuando recuerdo ese medio día cuando yo tirado en la cama no aguantaste las ganas de hacer el amor y aun mas recuerdo el ultimo día en Viña. Al parecer la bulla en los pasillos nos desconcentró y debo reconocer que sentirte sobre mi ya es una adicción, cuando tu estas sobre mí, me siento sumiso, sometido a los movimientos de tus caderas, puedo ver tus pechos, puedo ver tu cara disfrutando y parece que estuviera tan dentro de ti que llego al final de tu dulce cuerpo, pero ese día tuve que recordar que yo también se hacerte sentir placer, baje a besar tu clítoris y tus labios húmedos para hacerte estremecer y sentir como tu cuerpo se retuerce es algo que no es fácil de describir, es como si lucharas por no sentir más, pero queriendo sentir. Subí por tu cuerpo y me introduje dentro de ti, dentro tu húmedo útero, que me recibía y que yo sentía que quería sentirme grande, pero con tanta humedad costaba hacerlo. Nos movimos juntos, entrando y saliendo de ti, era el último día de esas cortas vacaciones, por lo que había que irse relajados después de gritar con fuerza, probábamos volando, con las piernas sobre mis hombros, juntas y separadas, pero la mejor forma fue con nuestras pieles sintiéndose bien cerca y mirándonos a los ojos, buscando encontrarnos para acabar juntos, y así fue, gritamos juntos y nos avisamos que encontrábamos el punto máximo del placer al mismo tiempo.

No sé si hemos escrito 50 historias ocultas y sádicas que estremezcan al mundo, pero si tenemos 100 historias de  locura que deben convertirse en 100 más, y  lo que más me reconforta es que aún deseo sentirte, como lo hice hace 20 meses atrás.

viernes, marzo 28

Un Momento bajo las Sabanas



Hay momento y espacios en los cuales las parejas de enamorados se reúnen para entregarse al arte del amor, momentos en los cuales dos cuerpos se sienten, sudan, respiran, se frotan, se poseen, se exploran, se descubren, se aman. Siempre he creído que el peor lugar para hacer el amor es una cama, es un lugar incomodo, con pocas posibilidades para hacer ángulos, es más bien floja la cama, hay cosas que parecen ser inútiles pero que al final son los mejores lugares para hacer el amor.

Esta historia es en una cama, pero es extraordinaria porque es en estos momentos en los cuales las camas se vuelven útiles para el amor, simplemente porque debajo de las sabanas dos cuerpos pueden ocultarse, y si saben moverse y buscar el ángulo apropiado que además es difícil de encontrar, podrán gozar de una manera difícil de describir y relatar, pero trataremos de hacerlo y de contarlo como a mí me lo contaron.

Fue en la casa de los padres de ellas, luego de un largo día de viaje y de actividades, como eran visitas tenían que adecuarse a los espacios y las camas existentes, y simplemente se dieron los mejores espacios para descansar, una cama grande y cómoda en una habitación compartida con algunas otras personitas, es decir en la habitación no estaban solos, pero en la cama sí. Se acostaron a descansar, sin pensar que algo podría pasar esa noche, el no quería ser atrevido, por lo cual, miraba la televisión mientras el resto se dormía. Al pasar del tiempo, con su mujer al lado, apagaron la televisión y se sumergieron bajo las sabanas, besándose tiernamente, suavemente, aumentando la intensidad y entregándose al calor de las manos y al jugueteo de estas. Se acercaron a sus entre piernas tomando y acariciando sus pieles y sus partes intimas, quizás no tan intimas para ellos, se comenzaron a excitar ya no existiendo limites a lo que sucedía bajo esas sabanas. 

Como pudieron y buscando la mejor forma y con la ayuda de los dos, lograron introducir el miembro de él dentro de la calidez y humedad de los suaves labios de su vagina que lo acogían en el silencioso acto que se aproximaba. Comenzaron a moverse en forma agitada pero reprimiendo sus respiraciones y sus gemidos aplacados por sus labios mordidos, moviéndose sin que nadie en esa habitación se diera cuenta que bajo esas sabanas se consumaba el acto de al amor y la pasión. Sin darse cuenta como, pero si sabiendo que los dos querían, llegaron al momento en el cual juntos se aproximaban al momento de la máxima excitación y de la explosión del placer, en donde ambos acostumbraban a liberar su respiración y sus gemidos, pero que en este momento no podían hacer. Acababan juntos, llegaban al orgasmo juntos, mordiendo las sabanas, los labios y todo lo que fuese necesario para que nada se escapara al silencioso ambiente de la habitación.

Terminaron exhaustos, muertos por la energía liberada, pero guardada silenciosamente, se sintieron húmedos se rieron un poco por la locura vivida, se abrazaron, se amaron y se entregaron al sueño y al silencio de la habitación, solo roto por la pasión liberada bajo las sabanas y la oscuridad de aquella habitación.

Me enseñaste que cualquier momento es bueno para hacer el amor, lo sabia pero se me había olvidado, me has hecho redescubrir la palabra amor con pasión y sexo, juntos se que somos capaces de todo.

sábado, febrero 15

Gracias San Valentín



Creo que hay miles de días durante un año que pueden ser especiales, porque la gente los hace especiales, sin embargo son más especiales aquellos días en los cuales no hay nada que celebrar y puedes convertirlo en un día especial. El día 14 de febrero es un día especial porque la gente así lo ha querido, es el día del amor, de los enamorados, los menos beneficiados le ponen el día de la amistad, creo que como seres humanos imperfectos que somos necesitamos de estas fechas para recordar que hay gente especial a nuestro lado, que nos da la energía para vivir, o la fuerza para seguir viviendo.

Te regale flores y algo mas, por que las flores son como tú, son bellas, tienen un aroma a vida, son de miles de colores y llenan de colores la vida, son muchas cosas y para la flor más linda de mi jardín no cavia más que regalarle más flores. Flores por la ternura que me produces y algo mas por la pasión que prendes en mí, eso fue lo que te dije y compartimos un almuerzo rico sentados en el lugar que ya se ha hecho costumbre celebrar. Te lo dije, sentí que no te entusiasmaba como antes, sentí que algo mas te preocupaba, pero en fin, me dijiste que era que te preocupaba no regalarme nada y ciertamente no espero que me regales algo, mi regalo de ti, es tu vida, algo de tu tiempo para mi, unos besos ricos con los ojos abiertos mirando a quien besas, un poco de tus manos sobre mi reconociéndome tuyo y algo de pasión para sentirme más tuyo, pero me diste la foto más linda esa que me hace suspirar, en donde un sencillo gesto de tu mano me hace sentir que esa mano dice este gigantón es mío y un vale cobrable por los jugueteos que tanto nos gusta hacer cuando estamos solitos.

Saliste del ascensor y me desmaye por un segundo, te veías tan linda, tan alta con esos zapatos, con tu pelo alisado y tus labios que brillaban con la luz, me enamore mil veces mas de ti, me encanta pensé para mi, y parece que lo pensé en voz alta, era el inicio de la noche de San Valentín y si tuviera que pagas, tendría que prender una vela cada día agradeciendo por estar contigo.

Fuimos al lugar en donde fuimos la primera vez que salimos, aquella vez que tímidamente no fui capaz de darte un beso pero si de coquetearte, compartimos unas micheladas y una tabla para picar que se demoro mas de los esperado, la música de fondo y las historias de las parejas que estaban a nuestro lado nos hacían reír un poco. 

Cuando me abrazaste y me dijiste vamos a hacer el amor, sentí las mariposas en la guatota, como siempre confirmando que si estoy enamorado de ti, que aun me haces hervir la sangre y aun más cuando me miraste y me dijiste que me tenías ganas.

Fue en mi casa, en mi cama, con música linda de fondo y con la luz prendida para verte en donde nos encontramos para amarnos con pasión, la ropa molestaba pero verte salir del baño con tacos y sin pantalones me hacia hervir aun más la sangre. Me mordiste las tetillas como me gusta, con mi lengua juguetie con tu clítoris y me introduje dentro de tu cuerpo tan dentro como podía, sintiendo que quería hacerme parte de tu cuerpo, sin esperar que lo dijeras tus palabras hicieron temblar mi cuerpo con grado 10 y tsunami incluido, “tú sabes hacerme el amor”, quien no espera que la persona que amas te diga eso, es simplemente saber que hay química, que hay complemento, que hay de todo.

Tu sobre mi es decirte lo mismo, tu sí que
sabes hacerme el amor, te mueves tan bien que alcanzo quizás el tamaño más grande de la excitación, tocando quizás lo más profundo de tu ser, sintiendo tu cuerpo moverse y sintiendo tu respiración, algo de gemidos y tu cara que ya no sé como describirla, no se puede más que acabar juntos, llegar al clímax del placer y acabar acostados uno al lado del otro, durmiendo en cucharita, diciéndole adiós a una día que tuvo de todo.

Sé que habrá mas días especiales, no como este porque cada día es único, pero si estamos juntos tratare que cada día sea el mejor de nuestras vidas… Te amo, gracias por el día San Valentín.  

jueves, febrero 6

Sobre el camarote



Son ellas quienes deben decirnos realmente si el tamaño del miembro masculino es importante o no, yo creo que sí, pero es difícil saber si uno lo tiene chico o grande, eso de andar comparando con los amigos quien tiene su cosa más grande creo que no va conmigo, no sé si alguien lo hará pero al menos yo no.

Esta historia no tiene que ver en realidad con el tamaño, sino que con el lugar en donde se hace el amor, los dos protagonistas de esta historia lo han hecho en muchos lugares, y cada uno tiene su magia y esta ocasión no es la exclusión. Fue durante las vacaciones, ella después de que lo habían conversado durante todo el año, lo invito a compartir con ella unos días juntos y el que no puede vivir sin ella, fue a verla para dormir a su ladito y si se podía hacer un ratito el amor. Al parecer ese ratito fue más que un ratito, ya que en la cabaña donde se alojaban había dos camarotes y que fueron el lugar perfecto para compartir sus cuerpos. 

Dos pequeñas historias son las que son parte de esta historia completa.

La primera fue en el camarote en la cama de abajo, después de quedar solo a eso de las 19:00, cuando nadie rondaba la cabaña, la cerraron por dentro y se entregaron, al parecer el estaba inspirado o la altura del camarote hizo que se diera, pero parece que su miembro entraba donde ella hasta lo más profundo que podía y ella se lo hacía saber. Lo maravilloso de la historia y lo que queda fue la carita de ella cuando entraba y salía, una carita que es difícil de explicar pero tratare de hacerlo. Era de gozo pleno, con su boquita abierta, con las palabras que se frenaban en su garganta tratando de salir, con sus ojitos mirando a ningún lado entre abiertos con un pestañeo lento y moviéndose sobre él se daba la mezcla perfecta para que llegaran juntos al orgasmo mientras él la miraba y se volvía loco con todo lo que sucedía en esa cama del camarote. Creo que las caras en el momento del hacer el amor, no pueden faltar, o sea si unos de los dos no es capaz de expresar lo que siente como el otro sabe si lo esta haciendo bien, en este caso él cada vez que hacen el amor queda con su ego en las alturas más altas del mundo, ella simplemente entrega sus sentidos para que el sepa lo que siente.

La segunda historia es de aquellas que hasta encierran riesgo de vida… ya que fue la última noche antes que él se fuera de las vacaciones de ella, para trabajar y las cosas para que estuvieran juntos ese día no se habían dado, mas encima estaban durmiendo en el camarote en la cama de arriba, por lo que el riesgo de hacer el amor ahí era más extremo y arriesgado, pero como era la última noche ella se subió a la cama y se saco la ropa junto con él y se puso sobre él, introduciendo su miembro dentro de ella, moviéndose despacito pero con esa fuerza que ella tiene, atrapándolo entre sus piernas. Él mientras tanto sentía el somier en su espalda como se movía y hacia espacios, pensando que se caerían a la cama de abajo, que al menos en ese momento estaba vacía, hicieron el amor, sintiendo que fue cortito pero rico y arriesgado como a los dos le gustaba hacer el amor al parecer. Acabaron juntos, el orgasmo más rico de ese día y el ultimo de esa vacaciones en la playa en donde el pensaba en buscar un ratito en el cual hacer el amor y lo hicieron múltiples veces por que el complemento de los dos es maravilloso… no es solo que se junten sus cuerpos, se junta todo en ese momento, sus espíritus, sus historias, sus ganas todo, se entregan completos… se despidieron al otro día en la mañana, simplemente diciendo “Gracias por invitarme a pasar las vacaciones contigo mi amor”