Caminaron
juntos de la mano desde la calle al puente sobre el Río Mapocho, en los dos había
algo de nervios, que ocultaban tras la ansiedad del rito que estaban a punto de
cumplir, subieron las escaleras del puente, hacia el centro de este, mirando la
gran cantidad de candados y mensajes que adornaban el ambiente, quizás era el
primer compromiso que el asumía, no existían testigos, simplemente eran ellos
dos frente a la ciudad y a un par de otros enamorados que venían a cumplir el
mismo rito.
Ella abrió
la caja llena de hojas de color azul, con un agradable aroma, en donde él había
regalado un candado, con el nombre de los dos, que simbolizaba la entrega de su
amor. Tomaron el candado, con la única llave que tenían y buscaron entre tanto
fierro, con otros candados, el lugar en donde cerrarían el suyo, no se decidían
en donde dejarlo, tenía que ser un lugar especial donde cerrarían su pacto de
amor.
Tomaron
los dos el candado y lo pusieron alrededor del fierro, lo cerraron con una emoción
que se sentía en el ambiente, sus rostros ruborizados, su corazón bombeando más
fuerte que nunca, tomaron la llave y ella la arrojo al rio. Terminaron el rito
con un beso, y con un suave y tierno abrazo, no hubo muchas palabras, pero los símbolos
dejaron muchas cosas en sus corazones.
Ha sido
un corto pero largo camino juntos, creo que ninguno esperaba llegar a este
punto, ninguno esperaba sentir lo que sienten, pero estaban ahí. El candado
quedo ahí frente a la ciudad, junto a otros que quisieron sellar un pacto de
amor, “Prometo que este compromiso crecerá cada día mas, Prometo amarte
mientras sienta tu amor junto a mí, Prometo que este candado cerro mi corazón desde
adentro, contigo adentro, Prometo sencillamente caminar a tu lado, ni adelante,
ni atrás, sino que junto a ti”