sábado, febrero 15

Gracias San Valentín



Creo que hay miles de días durante un año que pueden ser especiales, porque la gente los hace especiales, sin embargo son más especiales aquellos días en los cuales no hay nada que celebrar y puedes convertirlo en un día especial. El día 14 de febrero es un día especial porque la gente así lo ha querido, es el día del amor, de los enamorados, los menos beneficiados le ponen el día de la amistad, creo que como seres humanos imperfectos que somos necesitamos de estas fechas para recordar que hay gente especial a nuestro lado, que nos da la energía para vivir, o la fuerza para seguir viviendo.

Te regale flores y algo mas, por que las flores son como tú, son bellas, tienen un aroma a vida, son de miles de colores y llenan de colores la vida, son muchas cosas y para la flor más linda de mi jardín no cavia más que regalarle más flores. Flores por la ternura que me produces y algo mas por la pasión que prendes en mí, eso fue lo que te dije y compartimos un almuerzo rico sentados en el lugar que ya se ha hecho costumbre celebrar. Te lo dije, sentí que no te entusiasmaba como antes, sentí que algo mas te preocupaba, pero en fin, me dijiste que era que te preocupaba no regalarme nada y ciertamente no espero que me regales algo, mi regalo de ti, es tu vida, algo de tu tiempo para mi, unos besos ricos con los ojos abiertos mirando a quien besas, un poco de tus manos sobre mi reconociéndome tuyo y algo de pasión para sentirme más tuyo, pero me diste la foto más linda esa que me hace suspirar, en donde un sencillo gesto de tu mano me hace sentir que esa mano dice este gigantón es mío y un vale cobrable por los jugueteos que tanto nos gusta hacer cuando estamos solitos.

Saliste del ascensor y me desmaye por un segundo, te veías tan linda, tan alta con esos zapatos, con tu pelo alisado y tus labios que brillaban con la luz, me enamore mil veces mas de ti, me encanta pensé para mi, y parece que lo pensé en voz alta, era el inicio de la noche de San Valentín y si tuviera que pagas, tendría que prender una vela cada día agradeciendo por estar contigo.

Fuimos al lugar en donde fuimos la primera vez que salimos, aquella vez que tímidamente no fui capaz de darte un beso pero si de coquetearte, compartimos unas micheladas y una tabla para picar que se demoro mas de los esperado, la música de fondo y las historias de las parejas que estaban a nuestro lado nos hacían reír un poco. 

Cuando me abrazaste y me dijiste vamos a hacer el amor, sentí las mariposas en la guatota, como siempre confirmando que si estoy enamorado de ti, que aun me haces hervir la sangre y aun más cuando me miraste y me dijiste que me tenías ganas.

Fue en mi casa, en mi cama, con música linda de fondo y con la luz prendida para verte en donde nos encontramos para amarnos con pasión, la ropa molestaba pero verte salir del baño con tacos y sin pantalones me hacia hervir aun más la sangre. Me mordiste las tetillas como me gusta, con mi lengua juguetie con tu clítoris y me introduje dentro de tu cuerpo tan dentro como podía, sintiendo que quería hacerme parte de tu cuerpo, sin esperar que lo dijeras tus palabras hicieron temblar mi cuerpo con grado 10 y tsunami incluido, “tú sabes hacerme el amor”, quien no espera que la persona que amas te diga eso, es simplemente saber que hay química, que hay complemento, que hay de todo.

Tu sobre mi es decirte lo mismo, tu sí que
sabes hacerme el amor, te mueves tan bien que alcanzo quizás el tamaño más grande de la excitación, tocando quizás lo más profundo de tu ser, sintiendo tu cuerpo moverse y sintiendo tu respiración, algo de gemidos y tu cara que ya no sé como describirla, no se puede más que acabar juntos, llegar al clímax del placer y acabar acostados uno al lado del otro, durmiendo en cucharita, diciéndole adiós a una día que tuvo de todo.

Sé que habrá mas días especiales, no como este porque cada día es único, pero si estamos juntos tratare que cada día sea el mejor de nuestras vidas… Te amo, gracias por el día San Valentín.  

jueves, febrero 6

Sobre el camarote



Son ellas quienes deben decirnos realmente si el tamaño del miembro masculino es importante o no, yo creo que sí, pero es difícil saber si uno lo tiene chico o grande, eso de andar comparando con los amigos quien tiene su cosa más grande creo que no va conmigo, no sé si alguien lo hará pero al menos yo no.

Esta historia no tiene que ver en realidad con el tamaño, sino que con el lugar en donde se hace el amor, los dos protagonistas de esta historia lo han hecho en muchos lugares, y cada uno tiene su magia y esta ocasión no es la exclusión. Fue durante las vacaciones, ella después de que lo habían conversado durante todo el año, lo invito a compartir con ella unos días juntos y el que no puede vivir sin ella, fue a verla para dormir a su ladito y si se podía hacer un ratito el amor. Al parecer ese ratito fue más que un ratito, ya que en la cabaña donde se alojaban había dos camarotes y que fueron el lugar perfecto para compartir sus cuerpos. 

Dos pequeñas historias son las que son parte de esta historia completa.

La primera fue en el camarote en la cama de abajo, después de quedar solo a eso de las 19:00, cuando nadie rondaba la cabaña, la cerraron por dentro y se entregaron, al parecer el estaba inspirado o la altura del camarote hizo que se diera, pero parece que su miembro entraba donde ella hasta lo más profundo que podía y ella se lo hacía saber. Lo maravilloso de la historia y lo que queda fue la carita de ella cuando entraba y salía, una carita que es difícil de explicar pero tratare de hacerlo. Era de gozo pleno, con su boquita abierta, con las palabras que se frenaban en su garganta tratando de salir, con sus ojitos mirando a ningún lado entre abiertos con un pestañeo lento y moviéndose sobre él se daba la mezcla perfecta para que llegaran juntos al orgasmo mientras él la miraba y se volvía loco con todo lo que sucedía en esa cama del camarote. Creo que las caras en el momento del hacer el amor, no pueden faltar, o sea si unos de los dos no es capaz de expresar lo que siente como el otro sabe si lo esta haciendo bien, en este caso él cada vez que hacen el amor queda con su ego en las alturas más altas del mundo, ella simplemente entrega sus sentidos para que el sepa lo que siente.

La segunda historia es de aquellas que hasta encierran riesgo de vida… ya que fue la última noche antes que él se fuera de las vacaciones de ella, para trabajar y las cosas para que estuvieran juntos ese día no se habían dado, mas encima estaban durmiendo en el camarote en la cama de arriba, por lo que el riesgo de hacer el amor ahí era más extremo y arriesgado, pero como era la última noche ella se subió a la cama y se saco la ropa junto con él y se puso sobre él, introduciendo su miembro dentro de ella, moviéndose despacito pero con esa fuerza que ella tiene, atrapándolo entre sus piernas. Él mientras tanto sentía el somier en su espalda como se movía y hacia espacios, pensando que se caerían a la cama de abajo, que al menos en ese momento estaba vacía, hicieron el amor, sintiendo que fue cortito pero rico y arriesgado como a los dos le gustaba hacer el amor al parecer. Acabaron juntos, el orgasmo más rico de ese día y el ultimo de esa vacaciones en la playa en donde el pensaba en buscar un ratito en el cual hacer el amor y lo hicieron múltiples veces por que el complemento de los dos es maravilloso… no es solo que se junten sus cuerpos, se junta todo en ese momento, sus espíritus, sus historias, sus ganas todo, se entregan completos… se despidieron al otro día en la mañana, simplemente diciendo “Gracias por invitarme a pasar las vacaciones contigo mi amor”

Los Tomates del Amor.



Esta loca historia es de aquellas que nos hacen entender aquello que a las mujeres no son si cercanamente parecidos a los hombres y que no hay que entenderla solo hay que amarlas.

Fue una noche en la cual ellos se encontraban solos y era de aquellas noches esperadas, ella después de llegar de su trabajo se reunió con él en su casa y se preparaban para pasar una noche juntos y solos, él luego de haber ido a su casa y bañarse un poco y sacarse lo pesado del día llegaba a su casa para estar con su amorcito.

Pero raramente algo pasaba en el ambiente, él se sienta en el sillón esperando quizás lo que iban a hacer y ella le dice que quiera comprar tomates para comer nada más y nada menos que HUMITAS, por lo que salen a la calle un día viernes cercano a las 22:30 de la noche en donde claramente no encontrarían nada abierto en donde comprar y fue así, no encontraron TOMATES. Volvieron a su casa y la cosa ya estaba mas rara, quizás era el hambre o las ganas de comer humitas con tomates las que comenzaron a alejar a las dos personas que estaban en aquel departamento. El sin saber mucho que hacer se sentó a ver televisión y ella comenzó a pasearse por el departamento, el desorientado sin saber qué hacer, pensaba en irse, pensaba en que quizás algo mas había sucedido y ella no quería decírselo y mil cosas más que pasaban por su cabeza. Cuando la cosa ya estaba que se quebraba, se quebró y el siente desde el baño que su amorcito estaba llorando, con lo cual sus pensamientos fueron peores, ¿Qué mierda pasaba que ella no quería decirle?, Cuando él siente que su amorcito había salido del baño y estaba en su habitación, se dirige hacia a ella para enfrentarla y entender que sucedía, cagao de susto ante lo que ella podía decirle, se asoma a la habitación, le pregunta que sucede y ella llorando le dice “es que me da lata que estemos así”…. Asi cómo??????, o sea después de tanto rato, la conclusión de él era que los tomates tenían la culpa de todo, no pasaba nada, ella lloraba porque estaba sensible, porque simplemente quería que la abrazaran y la amaran.

Se besaron un ratito y se pusieron de acuerdo en salir, a recorrer la ciudad a ver, como ya lo contamos en alguna historia anterior, el candado que habían dejado en algún puente de Santiago, fueron estuvieron ahí, lo encontraron y se rieron de los tomates que hacia llorar, volvieron a la casa se acostaron, hicieron el amor, se acariciaron, durmieron y despertaron y se siguieron riendo de los tomates que hacen llorar. Simplemente son ellas, no podemos estar sin ellas, nos aman, nos complementan y no hay que entenderlas, hay que amarlas y acompañarlas mientras ellas te amen y sean tu complemento…. Ahhh se comieron las humitas con tomate como a las tres semanas después y se rieron de los tomates que hacen llorar.

Esos pequeños dolorcitos



Hay costumbres que en la vida uno no imagina que se pueden adquirir, son esas pequeñas cosas que uno jamás piensa que están, pero que tiene que llegar alguien, tiene que hacerlo y finalmente tu esperas que cada vez que se pueda se haga y te haga sentir increíble.

Esta historia es de aquellas costumbres que nacen del encuentro de dos personas que se aman con locura y que van cada día puliendo su forma de amarse. Fue una noche maravillosa, como todas las que estaban juntos, estaban en la cama de ella, el lugar en donde lo recibía a él y él se sentía maravillosamente bien por estar junto a ella, por sentirla a su lado, por ver su cuerpo cubierto por su sexy camisa de dormir. Ella, que es la que manda en su casa, se puso sobre él y comenzó a seducirlo, como solo ella lo sabe hacer, de una manera exquisita, que lo hacía volar y volar y volar, comenzó a besarlo y recurrió al recurso que ella sabía que a él lo volvía loco. 

Desde que estaban juntos, ella había hecho descubrir a él que habían pequeños dolores que se complementaban con el placer y que eran extasiantes. El principal era cuando ella mordía el pezón de su tetilla, con esos dientes y complementando con su lengua, era algo que a él lo convertía en torito encendido.

Aquella noche volvía a hacerlo, pero como nunca sus dientes apretaron y produjeron un dolor que a él lo descoloco ya que era un dolor que no era el mismo de siempre y que lo desconcentro y lo dejo enfocado en el dolor, ella siguió con su juego dirigiéndose a su miembro, tomándolo con su mano y llevándolo a su boca, sin embargo el seguía concentrado en su dolor y no se atrevía a decirlo. No paso mucho rato antes que ella se diera cuenta que algo pasaba y con su dulce voz le dice “es que acaso ya no me deseas”… ufff después de aquel dolorcito, se clavaba un puñal en su corazón. ¿Cómo no iba a desearle, como le decía que le había dolido?, se lo dijo y la verdad que en un primer momento ella no creyó y el tratando de aplicar su talento trataba y trataba sin mayor éxito, a lo que ella le dice “no te obligues a hacerlo”. En fin después de tan fogosa escena todo se apagaba y se dormían espalda con espalda. 

Llegada la mañana el se ve su tetilla y ve que tenía una pequeña herida que era su diente marcado ahí mismo. Fue un accidente nada mas decía él y ella con culpa decía que nunca más volvería a morderlo…..

Finalmente, cuando el juego del amor desata las pasiones es necesario descubrir los limites para saber hasta dónde llegar, el ya no pude vivir sin sus dulces mordiscos, ella ya lo está mordiendo de vez en cuando.